jueves, 22 de enero de 2015

Anécdota

Anécdota: Un hombre dormía en su cabaña cuando de repente una luz iluminó la habitación y apareció DIOS. El Señor le dijo que tenía un trabajo para él y le enseñó una gran piedra frente a la cabaña. Le explicó que debía ser obediente y empujar la piedra con todas sus fuerzas. El hombre hizo lo que el Señor le pidió, día tras día.  Por muchos años, desde que salía el sol hasta el ocaso, el hombre era obediente y empujaba la fría piedra con todas sus fuerzas y ésta no se movía.  Todas las noches el hombre regresaba a su cabaña muy cansado y sintiendo que todos sus esfuerzos eran en vano.  Como el hombre empezó a sentirse frustrado, Satanás decidió entrar en el juego trayendo pensamientos a su mente: "Has estado empujando esa piedra por mucho tiempo, y no se ha movido"
Entonces, le dio al hombre la impresión de que la tarea que le había sido encomendada era imposible de realizar y que él era un fracasado. Estos pensamientos incrementaron su sentimiento de frustración y desilusión.  Satanás le dijo: "¿Por qué esforzarte todo el día en esta tarea imposible? Solo haz un mínimo esfuerzo y será suficiente."  El hombre pensó en poner en práctica esto, pero, antes, decidió elevar una oración al Señor y confesarle sus sentimientos: "Señor, he trabajado duro por mucho tiempo a tu servicio. He empleado toda mi fuerza para conseguir lo que me pediste, pero aún así, no he podido mover la piedra ni una pulgada. ¿Qué pasa? ¿Por qué he fracasado?" 

El Señor le respondió con compasión: “Querido amigo, cuando te pedí que me sirvieras y tu aceptaste, te dije que tu tarea era empujar contra la piedra con todas tus fuerzas, y lo has hecho.  Nunca dije que esperaba que la movieras.  Tu tarea era empujar.  Ahora vienes a mí sin fuerzas a decirme que has fracasado, pero ¿en realidad fracasaste?  Mírate ahora, tus brazos están fuertes y musculosos, tu espalda fuerte y bronceada, tus manos callosas por la constante presión, tus piernas se han vuelto duras.  Te has transformado.  A pesar de la adversidad has crecido mucho y tus habilidades ahora son mayores que las que tuviste alguna vez.  Cierto, no has movido la piedra, pero tu misión era ser obediente y empujar para ejercitar tu fe en Mí. Eso lo has conseguido.  Ahora, querido amigo, yo moveré la piedra."  

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