miércoles, 30 de octubre de 2013

Sermón: La Reforma Protestante

Sermón: La Reforma Protestante
Pastor Juan G. Feliciano-Valera Iglesia Metodista de Puerto Rico
Sal. 107:1-7, 33-37; Josué 3:7-17; 1 Tes. 2:9-13; Mateo 23:1-12

INTRODUCCIÓN ¿Alguna vez nos hemos puesto a pensar: Quién nos liberó de nuestra angustia? ¿Quién nos salvó de nuestra desesperación? ¿Quién se puso en medio nuestro para librarnos de la muerte segura? ¿Quién nos permitió pasar por la tormenta y sobrevivirla? ¿Quién fue? ¿Quién?

Fue CRISTO, el Verbo Encarnado, La Palabra Viva, el Rhema de DIOS, el Logos viviente, el Pensamiento de DIOS hecho uno como nosotros. ¡Aleluya!  ¿Ustedes recuerdan la anécdota del granjero que una noche fría se dio cuenta que los pajaritos querían entrar a su cocina, en donde había luz y calor y protección, pero que no podían porque las ventanas estaban cerradas por el frío? Aquel hombre hizo todo lo posible, pero cada vez que se acercaba a abrir las ventanas, los pajaritos huían con temor.  Se puso las botas de nieve, salió afuera y trató de abrir el almacén, prendió las luces, pero los pajaritos lo habían visto y tuvieron temor.  Luego entró de vuelta a su casa, cansado y con frío y le dijo a su esposa: “¡Si yo pudiera hacerme como un pajarito y decirles por dónde entrar, les salvaría la vida!”

Así hizo CRISTO: le dijo al Padre: “Déjame hacerme como uno de ellos, iré a la Tierra y les mostraré el Camino de la Salvación.”  Y así lo hizo. ¡Aleluya! ¡Por eso estamos tu y yo aquí esta mañana!  Lo único distinto en estas historias es que a CRISTO le costó la Vida y al granjero solo un poco de frío.

Pero, ¿Saben qué? durante mucho tiempo esta historia estuvo oculta, momificada, calcificada, oscurecida por los mercaderes de la Religión.  Por mucho tiempo, esta sencilla y maravillosa historia de Amor estuvo encapsulada dentro de las paredes de los palacios papales y los monasterios.  Fue una época terrible, fue llamada la Edad Oscura.  Se vendía el perdón de los pecados, las indulgencias, para satisfacer el egoísmo de los altas jerarcas de la Religión.  Pero un día, hace muchos años y luego de muchos intentos, se logró abrir Las Escrituras Sagradas y se reveló El Secreto, el misterio que nos ocultaban los privilegiados, los protagonistas, los falsos cabecillas religiosos.

Un día, se reveló el verdadero AMOR de DIOS, Su Gracia superabundante, al abrirse Las Sagradas Escrituras, La Biblia, La Palabra de DIOS.  ENTONCES, el mundo conoció el verdadero amor de DIOS al dar a su único Hijo para salvar a la humanidad toda. ¿Alguien dice Amén?  Esto ocurrió con la Reforma Protestante.  Se abrieron Las Escrituras Sagradas y se reveló El Secreto más escondido: ¡CRISTO ME AMA! ¡CRISTO TE AMA! De hecho, gracias a la Reforma Protestante, podemos leer la Biblia en nuestro propio idioma. Por esa razón nada más, debemos hacer memoria de este día en la Historia de DIOS.

Siempre ha habido (y las hay hoy) personas que nos quieren ocultar el verdadero Amor y la Gracia de DIOS. Hay personas que se encargan de tergiversar el Mensaje de La Cruz, porque, como dice el Apóstol, es “locura para los que se pierden y potencia de DIOS para los que creen.”  

Estos se parecen mucho a los que Jesús llamó: “los que se sientan en la Cátedra de Moisés.”  Los maestros de la ley, fariseos, escribas, intérpretes de la Palabra de DIOS, le añadían lo que ellos creían necesario y ponían cargas que ellos mismos no podían llevar. Por eso, Jesús les advierta a sus discípulos, que cuando hablen de la Ley de Moisés, los escuchen y hagan como ellos les dicen, pero que NO COPIEN SU CONDUCTA.

El Secreto Revelado, El Mensaje es claro, diáfano, claritito: tanto ama DIOS al mundo que dio a Su único Hijo, para que todo aquel que en El crea, no se pierda, mas tenga VIDA ETERNA.  Lo dio para que se hiciera uno como nosotros y nos mostrara el Camino al Padre, al Creador.  El Hijo del Creador, murió para salvar a Sus Criaturas. ¿Amén? ¡Amén!

Se hizo uno, como los humanos, DIOS entre nosotros, con nosotros y para nosotros. 

Quisieron ocultarnos esta verdad por mucho tiempo, pero no pudieron más.  Por eso celebramos un Día de la Reforma Protestante (que ocurrió en el Siglo 16, pero que tiene que repetirse en tu corazón HOY). Tenemos que celebrar tal ocasión, porque gracias a esa Reforma, hombres y mujeres de DIOS se dieron a la tarea de hacer evidente los abusos, los excesos, la traición en contra de la Voluntad de DIOS (agradable y perfecta) de hacernos saber su Mensaje de Amor: “Hay escapatoria del frío, de la muerte, del pecado, de la angustia, de la opresión, de la maldad y del maldito; hay un escape, se llama: Jesús. El es Nuestro Mejor Amigo.


Pero, este mensaje se ocultó por mucho tiempo y se nos contó otra historia.  No crean que ya se terminó La Reforma, no estoy hablando de un pasado antiguo; todavía hoy, en algunos lugares del mundo, se prohíbe leer La Biblia, La Palabra de DIOS.  Yo recuerdo que, cuando fui a Chicago a estudiar en el Seminario Teológico, conocí a una pareja de pastores mexicanos, jóvenes, que fueron destacados a trabajar entre los obreros emigrantes en Indiana. Allí ellos recogían los niños y les daban clases de Biblia y los alimentaban, mientras sus padres trabajan las fincas.  Tan pronto la jerarquía de la Religión se enteró de lo que estaba pasando, que los padres de los niños estaban tan agradecidos que iban a los cultos también, le dijeron a los obreros que la gente que leía la Biblia se volvía loca e iba para el infierno.  Amados: ¡esto fue en el año 1990, en los EUA! ¡Gracias a DIOS eso no pasa en Puerto Rico!

Lo importante para nosotros no es la peleíta con los hermanos cristianos; lo que nos debe interesar a nosotros es comunicar el Mensaje de DIOS a toda criatura de DIOS.  DIOS se hizo UNO, como nosotros, humano, para mostrarnos el camino a la salvación.  ¿Cuántos de nosotros no daríamos hasta la vida por tal de ver a nuestros hijos, padres y demás familiares convertidos y sirviendo a CRISTO?

Por eso, decimos con el Salmista: “Alabad a Jehová, porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia. Díganlo los redimidos de Jehová, los que ha redimido del poder del enemigo y los ha congregado de las tierras, del oriente y del occidente, del norte y del sur. Anduvieron perdidos por el desierto, por soledad sin camino, sin hallar ciudad en donde vivir. Hambrientos y sedientos, su alma desfallecía en ellos. Entonces clamaron a Jehová en su angustia y los libró de sus aflicciones. Los dirigió por camino derecho, para que llegaran a ciudad habitable. Volvió el desierto en estanques de aguas y la tierra seca en manantiales. Allí estableció a los hambrientos y fundaron ciudad donde vivir. Sembraron campos y plantaron viñas que rinden abundante fruto.”

¿Habrá alguno aquí que se ha sentido así alguna vez? ¿Habrá alguno aquí esta mañana que sienta deseos de alabar a DIOS por todo lo que ha hecho en su vida?  ¿Nos damos cuenta de que fue DIOS mismo quien nos abrió Las Escrituras para librarnos del poder opresor? La Palabra nos hace libres: Dijo Jesús: “Y conoceréis la Verdad y la Verdad los hará libres.” (Jn. 8:32.)  Su Palabra nos hace libres de la práctica del pecado; ya no somos mas esclavos del pecado; ¡El pecado está MUERTO! Por eso, el Aposto dice en 1 Tes. 2:13: “Por lo cual también nosotros damos gracias a Dios sin cesar, porque cuando recibisteis la palabra de DIOS que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes.”

¿Cuántos agradecidos se unirán al Coro de DIOS que le alaba aun en medio de las tribulaciones pasajeras, los cantazos que cogemos en esta vida cuando nos chocamos contra los vidrios de las ventanas y las puertas cerradas, cuando hace frío y no tenemos abrigo? ¿Cuántos habrá aquí esta mañana que confiesan que la Palabra de DIOS actúa en ellos y ellas? Yo quiero unir mi voz a esa alabanza. No quiero unirme a la “quejabanza,” sino a la Alabanza a DIOS. ¿Amén?

Cuando DIOS ordenó a Josué a pasar el Río Jordán, DIOS le prometió que iba a estar con él en todo momento. Pero, fíjense la importancia que tiene la Palabra de DIOS para Su Pueblo: Antes de entrar a la Tierra Prometida, Josué dijo a los hijos de Israel: “Acercaos y escuchad las palabras de Jehová, vuestro DIOS.”  Y añadió Josué: “En esto conoceréis que el DIOS viviente está en medio de vosotros, y que él echará de delante de vosotros al cananeo, al heteo, al heveo, al ferezeo, al gergeseo, al amorreo y al jebuseo: El Arca del pacto del Señor de toda la tierra pasará delante de vosotros en medio del Jordán.” Es decir, que DIOS nos dará la victoria sobre todo incircunciso, sobre todo demonio, que venga a entorpecer nuestro paso por esta Tierra bendecida y prometida por el Señor para nosotros.  ¡Vamos a la conquista de la Tierra Prometida! Nuestra Tierra prometida es la Paz de CRISTO, el Amor y la Gracia de DIOS y la comunión con el ESPIRITU SANTO en la Iglesia. Vamos a conquistar nuestros temores y angustias para demostrarle al mundo QUIEN es el que está con nosotros y que TODO lo podemos en CRISTO Jesús, Señor nuestro. ¿Amén? 

Por eso, El Señor nos invita hoy a bendecir, decir bien, Su Palabra, es decir, a obedecerle en todo, porque  “El que es el mayor de vosotros sea vuestro siervo, porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.”


El Señor nos invita a servir.  Quizás habrá alguno aquí que desea hacerse como pajarito para enseñarle a otros el Camino de la Salvación, pero quiero advertirles: ese papel, el rol, esa función le corresponde al ESPIRITU SANTO. A nosotros nos corresponde AMAR, AMAR, AMAR; porque, “la mejor forma de servir es amar y la mejor forma de amar es servir.”

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