domingo, 18 de octubre de 2015

Seamos Familia de Dios

INTRODUCCIÓN. Anécdota El Ángel de los Niños.
Cuenta una antigua leyenda que un niño que estaba por nacer, le dijo a Dios: “Me dicen que me vas a enviar a la Tierra; pero ¿cómo viviré tan pequeño e indefenso como soy?”  
A lo que Dios contestó: “Entre muchos ángeles escogí uno para ti, que te está esperando, él te cuidará.”  
“Pero dime Señor, aquí en el cielo, no hago más que cantar y sonreír, eso me basta para ser feliz.”  Dios le contestó: “Tu ángel te cantará, te sonreirá todos los días y tú sentirás su amor y serás feliz.”  Y “¿Cómo entender que la gente me hable, si no conozco el extraño idioma que hablan los seres humanos?”  “Tu ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas que puedas escuchar, y con mucha paciencia y cariño te enseñará a hablar.”
Y “¿Qué haré cuando quiera hablar contigo?”
Tu ángel te juntará las manitos y te enseñará a orar. 
He oído que en la tierra hay hombres malos, ¿quién me defenderá?
Tu ángel te defenderá aún a costa de su propia vida.
Pero estaré siempre triste porque no te veré más Señor.
Tu ángel te hablará de Mí y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia, aunque Yo siempre estaré a tu lado.
En esos instantes, una gran paz reinaba en el cielo pero ya se oían voces terrestres, y el niño presuroso, repetía suavemente: “DIOS mío, ya me voy, dime su nombre ¿Cómo se llama mi ángel? Su nombre no importa, tú le dirás MAMÁ.”
¿Podrá la Iglesia ser una madre así? ¿Podrá la Iglesia ser un ángel así?
¡Que la Iglesia sea una madre y un ángel así! ¿Alguien dice Amén?
Tengo buenas noticias: Estamos viviendo mal nuestras vidas: llenas de  angustia, desesperación, ansiedad, depresión, mentiras; vidas egoístas, impuras, llenas de vicios, enojos.  No hay que hacer mucho esfuerzo, basta con leer los periódicos, ver los noticiarios, escuchar la radio y veremos un mundo en descomposición.  Un mundo que se desperdicia alrededor nuestro.  Un mundo convulsionado por las guerras, los terremotos, los suicidios, el alcoholismo, la droga, la corrupción, el terrorismo, el conflicto. 
PERO (¡Aquí está la Buena Noticia!), DIOS desea que aprendamos a vivir una vida completamente diferente a la que estamos acostumbrados  a vivir por nuestra crianza, nuestra cultura y nuestras experiencias humanas.
DIOS nos invita a renunciar a nuestra antigua manera de vivir y a despojarnos de lo que éramos antes de venir a CRISTO. (Efesios 4:32 “Antes sed bondadosos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.  5:1 Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. 2 Y andad en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.”)  DIOS nos invita a renovarnos espiritualmente, tomando una nueva naturaleza espiritual, creada a la Imagen y Semejanza del Hijo de DIOS, que está (¡Esto es lo grande!) disponible para cada uno de nosotros(as). Dios quiere que seamos UNA FAMILIA que se lleva, que se trata bien. ¿Amén? ¡Amén!
DIOS desea ver en nosotros(as) un cambio radical.  DIOS desea que seamos buenos y compasivos los unos con los otros, y que nos perdonemos mutuamente, como DIOS nos perdonó a nosotros en CRISTO.  (“Ah, Pastor, pero es que usted no sabe lo que me hizo fulanito o fulanita.  Yo no puedo perdonarlo; es muy terrible: no me saludó, no me miró, no me atendió como yo me merecía, me ofendió, a mi me dijeron que ella dijo que yo...”)   Hermanos y hermanas, yo si sé, porque a mí también me han tratado así y yo he tratado así a otros; pero ¿Saben qué?, que así como DIOS me perdonó a mí, así yo TENGO que perdonar a los demás.  Yo soy el demás de los demás.  Si yo digo que he comido del Pan de Vida que descendió del Cielo y que soy una nueva criatura, un creyente y discípulo de Jesucristo, entonces TENGO que procurar cambiar mi manera de tratar a los demás, para tratarlos como me trata DIOS a mí.
David no deseaba la muerte de su hijo Absalón.  Escuchen bien: ¡NO lo deseaba!, aunque Absalón se había alzado contra él.  De hecho, ordenó que lo trataran con especial consideración en medio de la guerra (2 Sam. 18:5: “El rey {David} dio a Joab, a Abisai y a Itai esta orden: "Tratad benignamente, por amor a mí, al joven Absalón".) 
Amados(as): este hijo de David había matado a su otro hermano (Amnón) que violó a la hija de David, su hermana, Tamar (2 Sam. 13.) Dice la Escritura que después de violarla (supuestamente porque la amaba tanto), la aborreció.  De este incidente sale la frase en latín: “Proprium humani ingenii est odisse quem laeseris”, i.e., “Es la naturaleza humana odiar al que uno ha herido.” O en inglés: “It is the property of human nature to hate one whom you have injured.”)
Pero el amor de DIOS, por cada uno y una de sus hijos(as), es idéntico, es incondicional.  Así amaba David a sus hijos(as).
Hermanos(as): La Biblia nos narra muchas historias que demuestran que no basta con “ser” del pueblo de DIOS, hay que hacer lo que DIOS manda. ¡No basta con decirlo, hay que hacerlo!  No basta con desearlo, hay que hacerlo.  No basta con querer amar, hay que amar.  No basta con querer perdonar, hay que perdonar.  No basta con querer decir la verdad, hay que decirla.  No basta con querer respetar, hay que respetar.  No basta con querer tener misericordia, hay que tener misericordia.  No basta con querer mostrar compasión a los demás, hay que tener compasión con los demás. No podemos jugar con DIOS: ¿O somos o no somos?  No hay más opciones.  No podemos seguir, aunque nos parezca “correcto,” haciendo lo que nos viene en gana, con la excusa de que así lo hicieron mis padres o así me enseñaron mis mayores, o “así soy yo.”  ¡No! No podemos ampararnos en los programas de TV, en los mensajes de la Radio, en los charlatanes que se inventan cada estupidez para engañarnos y apartarnos del Camino, que es CRISTO, Jesús, Señor Nuestro.  Nuestra mirada, nuestro ser, todo, es de Jesús, el CRISTO de la Gloria. Con EL, hacia EL, para EL, porque SOLO EL es nuestra razón de vivir.  ¿Amén?
La palabra de DIOS, a través del Apóstol Pablo nos insta a vivir una vida nueva en CRISTO.  Una vida diferente, distinta, un “nacer de nuevo” como decía Jesús.  Un Nuevo Nacimiento.  Un nacer “de arriba.”  Es una invitación radical.  ¡Tan fácil que es seguir hablando malas palabras, diciendo mentiras, aplazando el perdón, involucrados en vicios y tramando el mal y el pecado!  ¡Parece más fácil hacer esto que hacer el Bien, la Misericordia y el Perdón! 
PERO, tengo noticias para ustedes: Jesús es el Pan Vivo, que ha bajado del cielo para darnos vida nueva.  Es decir, DIOS se encargó de enviarnos “LO MEJOR” desde el Cielo para que pudiésemos cambiar nuestra vieja manera de ser, actuar, pensar, sentir, decir, sonreír, hacer, etc.  ¡DIOS nos envió lo mejor: CRISTO!  Amados: porque ¡Sin Cristo, NADA podemos hacer!  De hecho, es DIOS mismo el que pone en nosotros así el querer como el hacer su buena voluntad.
¿Qué responderemos nosotros?  ¿Cómo responderemos?
PODEMOS RESPONDER ASÍ....
1.  Estamos muy cómodos como estamos y no queremos cambiar.  Así nos ha resultado bien.  ¿Para qué cambiar si hasta aquí he crecido así?  En el mundo uno aprende que hay que desquitarse, matar al enemigo, buscar salir victorioso a cualquier precio.  Hemos aprendido que el listo es el que se queda con el botín, con la trastada.
O QUIZÁS PODAMOS RESPONDER de otra manera...
2.   Orando por nuestros enemigos, perdonando a los que nos ofenden, procurando el bien de los que nos desean mal, obrando piedad, misericordia, bondad, amor a favor de los que no lo merecen.
3.  Quizás podamos desearle bien a los que nos maldicen.
4.  Quizás podamos pedir trato especial y preferencial para el que menos se lo merece entre nosotros.
5.  Quizás podamos esforzarnos por aprender a convivir o coexistir con la persona que más odio, que más detesto, que peor me cae, aun dentro de la misma Iglesia.  Quizás, quizás, quizás.
6.  Quizás nos convendría regresar al Salmo 130 y releerlo. Sal. 130:1 De lo profundo,  Jehová,  a ti clamo.  2  Señor,  oye mi voz; estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica. 3 Jehová, si miras los pecados, ¿quién,  Señor,  podrá mantenerse? 4 Pero en ti hay perdón, para que seas reverenciado. 5 Esperé yo en Jehová; esperó mi alma, en su palabra he esperado. 6 Mi alma espera en Jehová más que los centinelas la mañana, más que los vigilantes la mañana. 7 Espere Israel en Jehová, porque en Jehová hay misericordia y abundante redención con él. 8 Él redimirá a Israel de todos sus pecados.
7.  Quizás podríamos responder como David: (2 Sam. 18:33:  “Abasalon, hijo mío, ojalá yo hubiera muerto en tu lugar.”
8.  Quizás nuestra respuesta deba buscarse en La Palabra inspirada por DIOS que es útil para la enseñanza, mejor que lo que hemos aprendido en “la calle”, en el cafetín, en las películas, en las novelas, en la TV, en la Radio, aun en los mensajes y las iglesias de la fe tóxica, que matan el alma.
9.  Quizás debemos seguir los consejos del Apóstol San Pablo. 
10.              Quizás debemos ser imitadores de CRISTO para poder ser un perfume, un olor agradable para Nuestro Padre Celestial.  Pues, a fin de cuentas, ¿Qué lograremos con ganarnos todo el favor del mundo y no agradar a DIOS?  Los políticos desean el favor del mundo para treparse y lograr sus agendas y su orgullo, pero ¿Nosotros, qué es en realidad lo que nos interesa?  ¿Y si perdemos nuestra alma por estar buscando los aplausos del mundo? 
¡Cuidado, no crean que estoy hablando de la gente de afuera, estoy hablando de nosotros!  La gente en “el mundo” tiene sus valores y sus relaciones, pero nosotros, los llamados hijos e hijas de DIOS, los llamados “Discípulos Cristianos”, no podemos darnos el lujo de estar siguiendo cuanta doctrina aparezca por ahí como si no tuviésemos la Biblia, La Palabra de DIOS para aprender a hacer Su Voluntad.  No nos conformemos con los criterios, las leyes, los valores, los vicios de este mundo, busquemos cambiar, transformar, nuestra manera de pensar, actuar, decir, sonreír, atender, sentir, mirar, cantar, adorar, alabar, trabajar, para que conozcamos lo que le agrada a DIOS.

Lo que le agrada a DIOS es que hagamos Su Voluntad; la que es Buena, Agradable y Perfecta.
LLAMADO
Les invito a examinarnos, a mirarnos por dentro y pensar: ¿Qué áreas de mi vida no le pertenecen todavía a CRISTO?  ¿Qué áreas de mi vida no le he entregado a DIOS todavía?  Quizás, quizás, quizás... si descubrimos estas áreas y las confesamos a DIOS, directa y privadamente, entonces comenzaremos a sanar y a crecer y a madurar; para que cuando venga el día difícil, el día malo, estemos preparados para lo que venga.  Quizás entonces podremos comenzar a decir por ahí que somos una Iglesia, una familia, una comunidad de fe en JESUCRISTO. 

Son Buenas Noticias: somos hijos e hijas de DIOS por medio del sacrificio de JESUCRISTO y DIOS anda buscando maneras de bendecirnos.  ¿Quieres probarlo?

Textos: Salmo 130; 2 Samuel 18:5-9, 15, 31-32; Efesios 4:25-5:2; S. Juan 6:35, 41-51

Sal. 130:1 De lo profundo,  Jehová,  a ti clamo.  2  Señor,  oye mi voz; estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica. 3 Jehová, si miras los pecados, ¿quién,  Señor,  podrá mantenerse? 4 Pero en ti hay perdón, para que seas reverenciado. 5 Esperé yo en Jehová; esperó mi alma, en su palabra he esperado. 6 Mi alma espera en Jehová más que los centinelas la mañana, más que los vigilantes la mañana. 7 Espere Israel en Jehová, porque en Jehová hay misericordia y abundante redención con él. 8 Él redimirá a Israel de todos sus pecados.
2 Samuel 18:5-9, 15, 31-32: 5 El rey dio a Joab, a Abisai y a Itai esta orden: "Tratad benignamente, por amor a mí, al joven Absalón".  Y todo el pueblo oyó cuando dio el rey orden acerca de Absalón  a todos los capitanes. 6 Salió, pues, el pueblo al campo,  contra Israel.  La batalla se libró en el bosque de Efraín. 7 Allí cayó el pueblo de Israel ante los siervos de David,  y aquel día se hizo allí una gran matanza de veinte mil hombres. 8 La batalla se extendió por todo el territorio, y aquel día el bosque causó más muertes que la espada. 9 Iba Absalón en un mulo y se encontró con los siervos de David. El mulo entró por debajo de las ramas espesas de una gran encina, y se le enredó la cabeza en la encina a Absalón, que quedó suspendido entre el cielo y la tierra;  pero el mulo en que iba siguió adelante. 2 Sam. 18:15 Luego diez jóvenes escuderos de Joab rodearon a Absalón, lo hirieron y acabaron de matarlo. 2 Sam. 18:31  Llegó luego el etíope,  y dijo: “Traigo buenas noticias para mi señor, el rey: hoy Jehová ha librado tu causa de manos de todos los que se habían levantado contra ti.” 32 El rey preguntó entonces al etíope: “¿El joven Absalón está bien?” El etíope respondió: “Que a los enemigos de mi señor les vaya como a aquel joven, y a todos los que se levanten contra ti para mal.”2 Sam. 18:33  Entonces el rey se turbó,  subió a la sala que estaba encima de la puerta y lloró. Mientras iba subiendo,  decía: "¡Hijo mío Absalón,  hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Quién me diera haber muerto en tu lugar, Absalón, hijo mío, hijo mío!"
Efesios 4:25-5:2 4:25 Por eso, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros. 26 Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27  ni deis lugar al diablo. 28 El que robaba, no robe más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. 29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. 30 Y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia y toda malicia. 32 Antes sed bondadosos unos con otros,  misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.5:1 Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. 2 Y andad en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.
Juan 6:35, 41-51: 6:35 Jesús les respondió: “Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que en mí cree no tendrá sed jamás.”6:41 Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: "Yo soy el pan que descendió del cielo", 42 y decían: “Este, ¿no es Jesús el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo dice ahora: "Del cielo he descendido"?”43  Jesús respondió y les dijo: “No murmuréis entre vosotros.”44  “Nadie puede venir a mí, si el Padre, que me envió, no lo atrae; y yo lo resucitaré en el día final.45 Escrito está en los Profetas: "Y todos serán enseñados por Dios". Así que, todo aquel que oye al Padre y aprende de él,  viene a mí.46 No que alguien haya visto al Padre; solo aquel que viene de Dios, ese ha visto al Padre.47 De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí tiene vida eterna.48 Yo soy el pan de vida.49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y aun así murieron.50 Este es el pan que desciende del cielo para que no muera quien coma de él.51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguien come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.

martes, 5 de mayo de 2015

Catedrales o Familias

FAMILIAS BAJO EL PACTO DE LA PROMESA DE DIOS
Dr. Juan G.  Feliciano-Valera

Dedicado a las familias cristianas: con admiración, por lo que construyen cuando nadie les ve. 
Se trata de DIOS, el DIOS que todo lo ve.  Porque DIOS es fiel.

TEXTOS: Efesios 2:1-12 “En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.”

Romanos 9:4: “que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la Ley, el culto y las promesas.”

Gálatas 3:17: “Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios en Cristo no puede ser anulado por la Ley, la cual vino cuatrocientos treinta años después; eso habría invalidado la promesa,…”

Hebreos 9:15 “Por eso, Cristo es mediador de un nuevo pacto, para que, interviniendo muerte para la remisión de los pecados cometidos bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna,…”


INTRODUCCIÓN.  Quiero compartir con ustedes una información que he recogido en el Camino.  Existe un libro sobre las grandes catedrales de Europa que ilustra, con fotos y descripciones, estas grandes obras de arte religioso que tomaron muchos años en construirse.  Resulta muy interesante que la gente que construyeron las grandes catedrales en Europa, nunca vieron el producto final de lo que construyeron.  No se mencionan sus nombres en los libros, ni se les entregaron medallas, ni trofeos, ni menciones especiales, y, en muchos casos, ni se les recuerda.  Pero, eso, no impidió que siguieran construyendo las obras, las catedrales.  Ellos tenían en su mirada la promesa de que lo lograrían.  No les importó ser invisibles, sabían que alguien vería sus obras.  Tenían la mirada puesta en la meta, en el final, en la promesa de que se terminaría la obra que habían comenzado.
Existe la historia de uno de estos constructores que estaba tallando una pequeña ave en una viga de madera que sostendría el techo de una de estas inmensas catedrales.  Alguien que le observó tallando con gran cuidado esta ave, le preguntó: “¿Por qué tomas tanto tiempo haciendo eso, si nadie lo va a notar jamás?”  El hombre contestó: “Porque Dios si lo va a notar.” 
Estos constructores de catedrales confiaban y sabían que DIOS todo lo ve.  Todo.  ¿Oyó bien?  ¡TODO!  ¿Amen? ¡Amén! 
Estos constructores dieron sus vidas construyendo obras gigantes que jamás ellos mismos verían finalizadas.  Trabajaron día a día, cada día, sin fallar, aunque nunca verían sus obras terminadas.  Algunas de estas catedrales tomaron más de cien (100) años en construirse.  Eso es más de lo que cualquier persona puede vivir.  Sin embargo, estos constructores se presentaban, día a día, a trabajar en algo que no verían terminado, que no verían finalizado, completado, acabado.
Si buscan información sobre quiénes construyeron estas grandes catedrales en Europa, encontrarán que dice: “Constructor: Desconocido,” desconocido, desconocido.  Trabajaron anónimamente.  De forma invisible.  ¿Escuchó bien?  Anónimo, desconocido, invisible.  Estos constructores hicieron grandes sacrificios sin esperar nada a cambio, porque no verían el producto de sus esfuerzos.  Nadie les daría crédito por lo que hacían.  Se sacrificaron por un edificio que no llevaría sus nombres.   ¿Oyó bien?  Nadie les recordaría por lo que hicieron.  Nadie les reconocería su hazaña, su contribución a la arquitectura religiosa, su desempeño y  servicio a la Iglesia.
Tan es así, que hubo un famoso escritor que expresó que él creía que nunca jamás se construiría ninguna otra gran catedral, porque quedaba muy poca gente dispuesta a sacrificar sus vidas de esta manera.  Creo que estaríamos de acuerdo con ese escritor.  ¿Gente dispuesta a pasar desapercibidas, sin esperar reconocimientos, medallas, pago, alabanza?  Uff.  Difícil.
No sé cuántos de ustedes pueden cerrar sus ojos y escuchar a DIOS decirles muy suavemente, susurrando: “Yo si te veo.” {Repítalo conmigo: “Yo / si / te / veo.”   Ahora dígaselo a usted mismo: “¡DIOS- si- me- ve!”}
Dios te dice: “Yo te veo cuando te levantas de madrugada porque uno de tus hijos tose, estornuda; o cuando alguien de la familia se levanta para ir a la cocina o al baño; o cuando alguien llama para pedir un favor a las 3 de la madrugada (cuando la cama está más calientita y cómoda.)”  “Yo te veo cuando preparas los alimentos para alguien de la familia que necesita salir temprano.”  “Yo te veo cuando lavas la ropa de los miembros de tu familia.”  “Yo te veo cuando sales a trabajar tempranito para traer el pan a la casa.”  “Yo te veo cuando te esfuerzas por entender la asignación de la escuela para ayudar a tus hijos.”  “Yo te veo cuando recoges tu ropa para que mamá no tenga que hacerlo todo.”  “Yo te veo, Yo te veo, Yo te veo.”  “Te aseguro, Yo te veo.” 
Dios te dice: “Tú no eres invisible para Mí.”  “Tú no eres anónimo para Mí.”  “Tú no eres desconocida(o) para Mí.”  La Escritura dice que DIOS nos ama tanto que extendió Su misericordia para alcanzarnos con Su gracia y decirnos: “Aunque los demás no te vean, Yo si te veo.” 
Dios te dice: “ningún sacrificio es tan pequeño como para que yo no pueda verlo.”  “Veo cada plato que lavas, cada comida que preparas, cada esfuerzo que haces por el bien de la familia.”  “Y me sonrío con cada uno de esos pequeños y grandes sacrificios.” 
“Veo cada lágrima que derramas cuando las cosas no salen como deseabas.”  “Veo tu decepción y frustración.  Pero recuerda: ESTÁS CONSTRUYENDO UNA GRAN CATEDRAL.”  Una gran catedral que no verás finalizada, que no se terminará durante tu vida en la tierra. 
Esto puede resultar triste para nosotros(as), pero si construimos bien esa Gran Catedral, DIOS dirá: “Yo si la veré.”
Por lo tanto, ¡Familia!, aunque nadie nos vea, aunque nadie nos reconozca, aunque seamos invisibles y anónimos para mucha gente, no olvidemos QUIÉN nos ha llamado a construir grandes familias; familias con las cuales Dios ha hecho el Pacto de la Promesa.  ¡Se trata de Dios!
Muy amados(as) míos: no es una enfermedad, ni una maldición, construir anónimamente la Gran Catedral que se llama FAMILIA, sino, por el contrario, es la cura para la terrible enfermedad que afecta a tantas personas en el día de hoy y que se llama: egocentrismo (“yoísmo”: el yo, yo, yo.  Hambre por el reconocimiento, el protagonismo, etc.) 
El ser invisibles, anónimos, desconocidos, es un antídoto para el orgullo enfermizo que nos consume y que impide que le demos la gloria, el honor y la alabanza a Dios, quien la merece.  ¿Amén? 
Por eso, está bien que seamos invisibles, que seamos anónimos, desconocidos.  A fin de cuentas, solo nos debe interesar agradar a Dios. 
Y si los miembros de la familia no nos reconocen, no nos celebran, no nos aplauden, no nos toman fotos para colgar en las paredes, no nos alaban, ni le dicen a sus amistades lo “bueno” que somos; ESO ESTÁ BIEN, PORQUE NO TRABAJAMOS PARA ELLOS, SINO PARA EL DIOS DEL PACTO Y LA PROMESA.  Nos sacrificamos por ÉL y para ÉL.  ¿Habrá algún Amén en la Casa de Papá? ¡Amén!  ¡Aleluya y Amén!

No nos preocupemos si somos invisibles para nuestras familias, ocupémonos de que todo lo que hagamos, pensemos o digamos, lo hagamos para el Señor de nuestras vidas.  Trabajamos para ÉL.  Porque se trata de Dios, no de nosotros(as) mismos(as).  Fue Dios quien inició el Pacto, el tren, la cadena, el compromiso, el entendimiento, el ofrecimiento de La Promesa.  Nosotros(as) somos receptores de esa bendición.  ¿Amén?  Oremos para que nuestro ejemplo ayude a otros y otras a querer construir grandes catedrales para DIOS.  Así alcanzarán ellos también la Promesa de Dios.  ¿Amén? ¡Amén! 

miércoles, 4 de marzo de 2015

Compras de Dibujos de Juan G. Feliciano

Si deseas comprar algún dibujo, escríbeme a pastorjuan07@gmail.com  o déjame algún comentario aqui.

Gracias.

Rdo. Dr. Juan Guillermo Feliciano-Valera

jueves, 22 de enero de 2015

Anécdota

Anécdota: Un hombre dormía en su cabaña cuando de repente una luz iluminó la habitación y apareció DIOS. El Señor le dijo que tenía un trabajo para él y le enseñó una gran piedra frente a la cabaña. Le explicó que debía ser obediente y empujar la piedra con todas sus fuerzas. El hombre hizo lo que el Señor le pidió, día tras día.  Por muchos años, desde que salía el sol hasta el ocaso, el hombre era obediente y empujaba la fría piedra con todas sus fuerzas y ésta no se movía.  Todas las noches el hombre regresaba a su cabaña muy cansado y sintiendo que todos sus esfuerzos eran en vano.  Como el hombre empezó a sentirse frustrado, Satanás decidió entrar en el juego trayendo pensamientos a su mente: "Has estado empujando esa piedra por mucho tiempo, y no se ha movido"
Entonces, le dio al hombre la impresión de que la tarea que le había sido encomendada era imposible de realizar y que él era un fracasado. Estos pensamientos incrementaron su sentimiento de frustración y desilusión.  Satanás le dijo: "¿Por qué esforzarte todo el día en esta tarea imposible? Solo haz un mínimo esfuerzo y será suficiente."  El hombre pensó en poner en práctica esto, pero, antes, decidió elevar una oración al Señor y confesarle sus sentimientos: "Señor, he trabajado duro por mucho tiempo a tu servicio. He empleado toda mi fuerza para conseguir lo que me pediste, pero aún así, no he podido mover la piedra ni una pulgada. ¿Qué pasa? ¿Por qué he fracasado?" 

El Señor le respondió con compasión: “Querido amigo, cuando te pedí que me sirvieras y tu aceptaste, te dije que tu tarea era empujar contra la piedra con todas tus fuerzas, y lo has hecho.  Nunca dije que esperaba que la movieras.  Tu tarea era empujar.  Ahora vienes a mí sin fuerzas a decirme que has fracasado, pero ¿en realidad fracasaste?  Mírate ahora, tus brazos están fuertes y musculosos, tu espalda fuerte y bronceada, tus manos callosas por la constante presión, tus piernas se han vuelto duras.  Te has transformado.  A pesar de la adversidad has crecido mucho y tus habilidades ahora son mayores que las que tuviste alguna vez.  Cierto, no has movido la piedra, pero tu misión era ser obediente y empujar para ejercitar tu fe en Mí. Eso lo has conseguido.  Ahora, querido amigo, yo moveré la piedra."