sábado, 15 de mayo de 2021

La Capacidad de Aprendizaje en los Adultos Mayores

El aprendizaje en la vejez tiene una relación muy fuerte con la motivación que la persona mayor tenga para iniciar una tarea, desarrollar un proyecto o profundizar en un tema.

 

El aprendizaje en cada individuo está directamente relacionado con sus inteligencias múltiples: 

  1. Verbal Lingüística
  2. Lógica Matemática 
  3. Visual Espacial
  4. Corporal Quinestica
  5. Musical Rítmica
  6. Intrapersonal (Individual)
  7. Interpersonal (Social)
  8. Naturalista (Científica)
  9. Espiritual
  10. Emocional 


Entre éstas, se destacan los motivacionales. Existen en la actualidad demasiados tópicos, sin duda erróneos, sobre el envejecimiento, y uno de estos tópicos es que al alcanzar una cierta edad una persona es “demasiado mayor para aprender”. Esta sentencia carece de total sentido, más aún cuando la persona tiene menos de 60 años, pero ¿Qué ocurre con las personas mayores de sesenta años?  Sucede que su capacidad de aprendizaje continúa siendo realmente amplia, sobre todo si también se mantienen amplios los factores motivacionales de que cada uno dispone.


Es posible, sin ninguna duda, aprender la misma clase de conocimientos y habilidades a los sesenta y cinco años que a los dieciocho. Hay factores, no obstante, que pueden influir en que se dé un detrimento en el rendimiento de la persona mayor, como por ejemplo la disminución de la agudeza sensorial (hipoacusia, déficit de visión), mayor fatigabilidad, etc.; pero ninguno de estos factores están directamente relacionados con la disminución en la capacidad de aprendizaje.


Es decir, existen por supuesto ciertas facultades mentales que sufren el paso del tiempo, como la memoria, la capacidad de concentración y la agilidad mental, pero son facultades que pueden compensarse, por ejemplo, con una alta motivación y un gran interés hacia la tarea.


¿Qué es la motivación y por qué es tan importante?  La motivación es el deseo constante de superación. La motivación es intrínseca cuando la persona fija su interés en el hecho de realizar una actividad por el placer y la satisfacción que experimenta mientras aprende, explora o trata de entender algo nuevo.


De hecho, diversos estudios al respecto han demostrado que las personas de edad avanzada son capaces de obtener niveles de conocimiento iguales o mayores que los de las personas más jóvenes si disponen de una alta motivación para ello.  Se ha visto que un factor definitivo y concluyente parece ser el uso de estrategias de aprendizaje diferentes para las personas mayores, como por ejemplo el hecho de no tener tanto en cuenta la rapidez en la tarea, sino la calidad y el propio disfrute de la misma.


Así pues, resulta maravilloso ver como una persona mayor aprende con mucho interés y constancia una lengua extranjera, o es capaz de interesarse apasionadamente por áreas tan variadas como la teología, el deporte (no solo físico sino también mental , como el ajedrez), la historia, la música, la pintura, la geografía, la cerámica, el turismo, etc.  Es bien sabido que una de las mejores formas de envejecer consiste en iniciar el aprendizaje de una nueva tarea que abra la curiosidad hacia otros horizontes.


Interesarse por aprender cosas nuevas en esta edad es el mejor modo sin duda alguna de luchar contra los sentimientos de soledad y contra el aislamiento; es la forma de demostrarse a uno mismo que aún queda mucho por hacer y que la finalidad de sus actividades ya no están, por suerte, en la obligación de aprobar una asignatura o en la necesidad de sacar unas notas o de obtener un ascenso, sino en el propio “saber por saber”, en el disfrute de “aprender porque disfruto aprendiendo, porque me interesa esta actividad de forma personal”.


La participación activa en actividades culturales resulta fundamental para mantener una buena capacidad intelectual. La mente debe ser ejercitada del mismo modo que el cuerpo. Las inteligencias de una persona no se detienen a ninguna edad determinada. Factores individuales como la creatividad y la curiosidad del ser humano pueden y deben seguir desarrollándose siempre.


Diversos estudios realizados con personas mayores han puesto de manifiesto que si la persona se rodea de un ambiente estimulante y tiene a su alcance la posibilidad de realizar actividades que resulten de su agrado e interés, es posible y muy probable no solo que aumenten sus facultades cognitivas y afectivas sino que aumente también el sentimiento de gratificación personal y con él la calidad de vida percibida.


No existe ninguna duda de que la inactividad física provoca enfermedades y rigideces musculares que conllevan a un rápido deterioro del organismo. Esta realidad no se limita sólo al cuerpo, sino también y con una gran magnitud a las capacidades intelectuales.


Consecuentemente, la educación y la formación no debe tener límite de edad, debe ser permanente, ya que es una realidad que a cualquier edad el ser humano se siente gratificado por el conocimiento “per se”, por el propio enriquecimiento personal que le aporta interesarse por una materia y exprimir de ella todo el contenido posible.


Como dijo una vez un sabio “lo interesante del viaje no está en la llegada sino en el propio camino”…

 

¿Por qué le damos mayor relevancia al saber que al aprendizaje? 

Primero, por pereza. Queremos disfrutar los beneficios del saber sin hacer el esfuerzo de aprender. Ansiamos el resultado pero no estamos tan dispuestos a realizar el sacrificio del proceso. Todo el mundo quiere tener un cuerpo perfecto pero muy pocos quieren moderarse con la comida o hacer ejercicio a diario. 


Segundo, el saber te entrega estabilidad y seguridad. Cuando eres reconocido por lo que sabes, tienes pocos incentivos para aprender. Con el paso del tiempo, es inevitable acomodarse, perder el hambre de progresar y la emoción de descubrir cosas nuevas. 


Tercero, por falta de motivación.  Dado que aprendemos aquello que nos apasiona, la motivación emerge como un factor fundamental para el aprendizaje. Por eso mismo, un educador tiene que estar enamorado de su pasión porque de otra manera no puede entusiasmar a los demás. Es necesaria una gran dosis de curiosidad, cansarse de lo que sabes y aburrirse de hacer siempre lo mismo para estar abiertos a innovar. Una persona con actitud de aprendizaje siempre corre con ventaja: tiene voluntad de aprender y un enorme futuro mientras el resto tienen solo todo el pasado.


Cuarto, por el conformismo y la falta de humildad. El actor Will Smith confiesa “Siempre he considerado que tengo un talento promedio pero en lo que si destaco es en una obsesión enfermiza para la práctica y la preparación”. Cuando alguien tiene capacidad de aprender, puede llegar a saber cualquier cosa. Pero si te quedas únicamente con lo que sabes y no sigues aprendiendo, bien porque no te interesa o porque no tienes la humildad de reconocer que no lo sabes todo, corres un riesgo mortal. 


La verdadera ignorancia no es la falta de conocimiento sino negarse a aprender. 


Si tienes que escoger, es más valiosa la capacidad de aprender (que genera nuevos conocimientos continuamente) que la de aferrarse a uno solo y tratar de explotarlo.

Hace algunas décadas, se hizo muy famoso un eslogan que decía: “Un diamante es para siempre”.  Desafortunadamente, nada es para siempre. 


Saber es fundamental pero aprender lo es mucho más porque no existe saber si no hay un proceso de aprendizaje anterior. Al ritmo al que cambia la sociedad, si dependes únicamente de lo que sabes, rápidamente te deprecias, pierdes vigencia y valor. 


El único remedio para evitar anquilosarte es aprender. Para el presente, el conocimiento es esencial. Para el futuro, aprender es la clave. El escritor Mario Benedetti lo expresó espléndidamente: “Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas". 


No puedes dejar de aprender. La buena noticia es que todo se puede aprender. Va siendo hora de cambiar el “tanto sabes, tanto vales” por el “tanto aprendes, tanto vales”.  Por cierto, ¿Ayer, aprendiste algo?

Aprendizaje Incesante


“Aprender nunca agota la mente”,  Leonardo Da Vinci.


“Aprender continuamente a desaprender para aprender se trata de analizar (i.e., aprender) cómo aprendemos mejor para compartir lo aprendido.”


“La neurogénesis y la plasticidad cerebral nos permiten continuamente aprender.” 


“Para el presente, el conocimiento es esencial; para el futuro, aprender es la clave.”


“Aprender es el mejor ejercicio para el cerebro. La característica que nos hace más humanos es la habilidad de aprender.”


INTRODUCCIÓN


Existen muchas teorías del aprendizaje que narran la historia de cómo adquirimos conocimiento y experiencia. Una de estas teorías explica que aprender incorpora múltiples elementos de nuestra vida.  Dimensiones culturales, emocionales, recreacionales y espirituales potencian el aprendizaje continuo. (Las Múltiples Inteligencias.)


Cuando nos referimos al aprendizaje continuo, nos referimos a la relación de la educación (metacognición: la calidad de vida de la persona, de su desarrollo y de su progreso en la sociedad) con los desafíos del mundo contemporáneo y sus requerimientos de socialización y participación activa en la vida cotidiana (su interacción multidimensional).


Aprendizaje Continuo: 


  1. Se aprende en el entorno social.
  2. Se aprende de y en nuestra cultura.
  3. Se aprende de nuestro devenir histórico.
  4. Se aprende del compromiso de nuestras instituciones y de sus líderes.
  5. Se aprende de las organizaciones.
  6. Se aprende de los medios de comunicación.
  7. Se aprende de nuestro trabajo/quehacer cotidiano.


El aprendizaje continuo debe ser autodirigido Es el aprendizaje que uno mismo dirige y controla.  Una autodirección sistemática es crucial para identificar y comprender los problemas que uno tiene que abordar y el aprendizaje que conlleva el proceso de resolverlos (“problem solving”).  Aprender a aprender continuamente se trata de analizar (i.e., aprender) cómo aprendemos mejor.


Aprender es mas importante que saber.  Al ritmo al que cambia la sociedad, depender únicamente de lo que se sabe, provoca que las personas rápidamente se deprecien, pierdan vigencia y valor. El único remedio para evitar anquilosarse es aprender. Para el presente, el conocimiento es esencial. Para el futuro, aprender es la clave.


¿Por qué podría ser más importante aprender que saber? La primera razón es obvia: solo sabes algo si antes lo aprendiste. No hay conocimiento sin aprendizaje previo. La segunda razón pasa más desapercibida: El conocimiento tiene fecha de caducidad. Tarde o temprano, lo que sabes va perdiendo vigencia. Recuerden los casos de Blackberry o Kodak. Ambas empresas disfrutaron de un saber (conocimiento) que les permitió liderar sus mercados ejerciendo un dominio aplastante. Sin embargo, las dos han desaparecido de la cúspide porque ese saber se estancó, no evolucionó y otros competidores con nuevos conocimientos más avanzados las sobrepasaron.

 

No hay duda de que saber es importante, sobre todo cuando eres el único que sabe y ese saber permanece inalterable. Pero dormirse en los laureles con lo que sabes puede ser letal (COVID 19). El refrán “Pan para hoy y hambre para mañana” lo ilustra a la perfección. Desde el momento en que el mundo cambia a velocidades vertiginosas, puedes estar seguro de que cada vez falta menos para que lo que sabes sea sustituido por otro conocimiento más innovador. En ese caso, la única alternativa posible es aprender.


¿Cómo diferenciar aprendizaje de conocimiento? Aprender es todo lo que haces antes de tener un problema y aprender te exige motivación, sacrificio, constancia, tiempo y mucha práctica.  Gestionar (procurar, buscar) el conocimiento es lo que hacemos cuando tenemos el problema. Si llegado el momento no tenemos conocimiento, no podemos resolver el problema (sobrevivir) y en ese caso morimos. Pero claro, para tener conocimiento, anteriormente hemos tenido que dedicar un colosal esfuerzo a aprender ya que no hay conocimiento sin aprendizaje. El saber solo llega como consecuencia de aprender.

 

Un problema es definido como aquello que se antepone, que obstaculiza, que “problematiza” la consecución de una meta.  Los problemas, por sí mismos, no existen, lo que falta es conocimiento para solucionarlos. Claro que para ello, hay que dedicar un sinfín de horas a aprender, a practicar. Una vez que cuentas con el conocimiento, los problemas pasan a convertirse en tareas que solo te demandan tiempo.  


Cuando enseñaba en la universidad, me gustaba decirle a mis estudiantes que los problemas o se niegan, o se engrandecen, o se enfrentan con el conocimiento.  Aunque dominemos perfectamente la solución de un problema, podemos estar seguros que pronto ese problema va a cambiar, se va a complejizar porque cambiará el entorno, la cultura, la tecnología, etc.  Por lo tanto, lo que sabemos ya no nos servirá. La única manera de adaptarnos y seguir vigentes será aprendiendo cosas nuevas. 


Cambiar es la motivación del que aprende.  Innovar significa aprender, es decir, responder al cambio.  Nada es permanente sino solo el cambio y, por consiguiente, solo el proceso de aprendizaje permanece.  [“Todo cambia, solo el cambio es permanente”, Heráclito de Éfeso.

 

Aprender está íntimamente relacionado con el pasado porque es lo que tuvimos que hacer para acumular saber. Pero también condiciona el futuro porque todo lo que hagamos de ahora en adelante depende de nuestra capacidad para aprender. Aprender, al igual que comer o dormir, es algo que necesitaremos hacer durante toda la vida. El conocimiento, sin embargo, tiene que ver con el presente, es lo que nos permite tomar decisiones y actuar, aquí y ahora. Si nos proyectamos a medio o largo plazo, para nuestros planes de futuro, aprender es más importante que saber.

 

Si aprender es tan importante, entonces resulta imprescindible saber cómo se aprende. Si el proceso de producción de conocimiento se llama aprendizaje, más vale que te conviertas en un experto en el arte de aprender porque tu vida depende de ello. 


Aprender es el mejor ejercicio para el cerebro. La característica que nos hace más humanos es la habilidad de aprender. En el mundo ya se habla  del concepto de “learning agility” (agilidad o flexibilidad para aprender) como la principal cualidad de un profesional del siglo XXI.

lunes, 3 de mayo de 2021

Jesús es La Vid Verdadera

Juan 15:1-8 "Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador. 2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. 3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. 4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 5 "Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí y yo en él, este lleva mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer. 6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, los echan en el fuego y arden. 7 Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis y os será hecho.8 En esto es glorificado mi Padre: en que llevéis mucho fruto y seáis así mis discípulos. 


INTRODUCCIÓN. Jesús es La Vid Verdadera.

¿Qué es una VID?  Es una planta originaria de Asia occidental (del sur del mar Caspio). Los egipcios la cultivaban. Existen esculturas del Imperio Antiguo en las que se representan vides, uvas y prensas, así como la elaboración del vino. La tierra y el clima de Palestina son adecuadas para su cultivo, que fue practicado desde el principio en Canaán. Hay una enorme diferencia entre las plantas escogidas para sersembradas y las silvestres. Las viñas se hallaban, frecuentemente, bien en las cumbres o bien en las laderas de las colinas, en ocasiones descendiendo en terrazas artificiales. Estaba protegida con un vallado o un muro. Se despedregaba el terreno, se erigía una cabaña o una torre para el guardián, y se tallaba un lagar en la roca. Estos antiguos lagares siguen existiendo en gran cantidad en Palestina. De todas las plantas cultivadas, es la vid la que requiere más cuidados. Se dejaba que la vid se extendiera por el suelo, sólo elevando los pámpanos que llevan fruto. En ocasiones se hacia trepar la vid por árboles o bien sobre y entre enrejados. Se cultivaba en particular la uva negra. Se consumía la uva fresca o pasa; elemento muy apreciado de la alimentación, se conservaba también en forma de tortas. Su jugo se bebía fresco o fermentado (i.e., VINO). Las vendimias comenzaban a mediados de septiembre y proseguían hasta octubre, en medio de un ambiente festivo. Las uvas eran pisadas en el lagar para obtener el mosto.

El Señor Jesús, así como vino a ser el verdadero Siervo de Jehová allí donde Israel había fracasado, vino también a ser la vid verdadera. Sus discípulos vienen a ser los pámpanos. No puede haber ningún verdadero fruto en sus vidas excepto en tanto que permanezcan en Él.

Jesús comparándose con una planta, ¡tremendo!  El Rey de la Gloria Eterna, La Estrella de la Mañana, el YO SOY, el Adonai, el Todopoderoso, el Señor, el Alfa y la Omega, comparándose con una sencilla planta.  Wow!  ¡Se acabó el protagonismo, se acabó el abuso de poder, se acabó la opresión, se acabó el maltrato, el abandono, el rechazo!  CRISTO se compara con una planta sencilla.  ¿Habrá alguien más grande que Jesús?  ¿Alguien más poderoso que Jesús? ¿Alguien más sabio que Jesús? ¿Alguien más pudiente que Jesús?  Y si ÉL se compara con una sencilla planta, ¿Por qué nos atrevemos nosotros a creernos mejores que los demás, más grandes que DIOS?  

Si Jesús se compara con una planta, a nosotros se nos compara con las ramitas (pámpanos) que llevamos el fruto.  ¡Ojo!  Debemos aprender de Jesús y de las madres que se dejan usar por DIOS para educar a sus hijos e hijas en el temor del Señor.  

Esa planta nos es cualquier planta, es una planta PLANTADA, (mejor dijío,) SEMBRADA por DIOS (“El Labrador.”)  ¡Brutal!  DIOS comparándose con un labrador, un sembrador, un agricultor.  Wow! Lo que DIOS planta, fructifica, ¿Amén? ¡Amén!  No se deje engañar.  Lo que DIOS siembra, crece, florece y fructifica, abundantemente!  ¿Amén? ¡Amén!  Es más, si no fructifica como ÉL espera, nos poda, nos corta lo que pesa, nos quita el peso extra y nos abona, nos nutre, nos aguanta, hasta que demos frutos.  ¡Porque fuimos creados para llevar fruto abundante!  ¿Amén?  Madres: ustedes ¿Qué dicen?  ¿Amén?  ¡Amén!

La Gracia de DIOS nos da poder en nuestras vidas para tener, desarrollar y cultivar una relación estrecha, íntima con DIOS.  En la ilustración de la vid y los pámpanos, Jesús nos enseña el tipo de relación que DIOS, a través del Espíritu Santo, quiere tener con nosotros.  No es cuestión de religión, ni ritos, ni ropajes, ni “palabrería” bonita; DIOS quiere tener con nosotros una relación tan estrecha, tan íntima, que sin ÉL no podemos llevar fruto, no podemos vivir.  Una relación de buen Padre con sus hijos.  “Mi Padre es el labrador…”  DIOS quiere usarnos con poder para bendecir a otros. 

Recuerden: (Isaias 49:15: “Aunque una madre se olvide de sus hijos, YO NO ME OLVIDARE DE TI”, dice el SEÑOR). Aunque nosotros no queremos ser sus hijos, DIOS quiere ser nuestro Padre.  ¡Aleluya!

Recuerden: {S. 1-17 parafrasear}: 1“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el que la cultiva. 2Si una de mis ramas no da uvas, la corta; pero si da uvas, la poda y la limpia, para que dé más. 3Ustedes ya están limpios por las palabras que les he dicho. 4Sigan unidos a mí, como yo sigo unido a ustedes. Una rama no puede dar uvas de sí misma, si no está unida a la vid; de igual manera, ustedes no pueden dar fruto, si no permanecen unidos a mí.  5“Yo soy la vid, y ustedes son las ramas. El que permanece unido a mí, y yo unido a él, da mucho fruto; pues sin mí no pueden ustedes hacer nada. 6El que no permanece unido a mí, será echado fuera y se secará como las ramas que se recogen y se queman en el fuego. 7“Si ustedes permanecen unidos a mí, y si permanecen fieles a mis enseñanzas, pidan lo que quieran y se les dará. 8En esto se muestra la gloria de mi Padre, en que den mucho fruto y lleguen así a ser verdaderos discípulos míos.”  Luego, Jesús, añade: 12Mi mandamiento es este: Que se amen unos a otros como yo los he amado a ustedes.13El amor más grande que uno puede tener es dar su vida por sus amigos. 14Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. 15Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo. Los llamo mis amigos, porque les he dado a conocer todo lo que mi Padre me ha dicho. 16Ustedes no me escogieron a mí, sino que yo los he escogido a ustedes y les he encargado que vayan y den mucho fruto, y que ese fruto permanezca. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre. 17Esto, pues, es lo que les mando: Que se amen unos a otros.”

Por consiguiente, repito: 7 “Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis y os será hecho. 8 En esto es glorificado mi Padre: en que llevéis mucho fruto y seáis así mis discípulos.”

Entonces, podemos entender que la fe viene primero y que las obras vienen como resultado de esa fe en JESUCRISTO. ¿Amén? ¡Amén!

Para poder amarnos, como se nos ordena por DIOS, tenemos que creerle a DIOS primero.  Luego, por añadidura, por Obra del ESPIRITU SANTO, entonces, y solo entonces, podremos amarnos los unos a los otros, como se nos ordena.  Si, es verdad: ¡CRISTO quiere que demos frutos, por eso nos poda, nos limpia, aunque duela!  Lo que DIOS quiere sacar de nosotros es Vino Fino, Fruto Agradable, Fe que sacie, que alivie, que sane, que aliente, Fe que supla, que bendiga a los demás. ¿Amén? ¡Amén!

LLAMADO.  En una pequeña Iglesia en un puerto marítimo de los EU, poco visitada por los turistas, hay una escultura que es encantadora. Es una escultura de un pelícano que se picotea su pecho para dar de comer a sus poyuelos de su propia sangre, pues el alimento escasea. Es la misma imagen de CRISTO que se da a nosotros para que podamos ser fieles a nuestra vocación de siervos y siervas del CRISTO de los pobres, de los ricos, de los deambulantes y de los que viven en mansiones.  En una sociedad en donde el alimento espiritual escasea, en un mundo confundido con valores monetarios, esa visión de servicio, de entrega no se nos ofrece ni en la televisión ni en los escaparates de las megatiendas.  

Pero, ¡Pancho!, DIOS  es eminente y nadie mejor que ÉL ha podido tener una idea semejante, darse a sí mismo alimento para que en ningún momento pasemos hambre.  Ya no vale decir como Elías cuando iba por el desierto: “me sentaré aquí y me atormentaré hasta que me llegue la muerte”. No tenemos excusa, CRISTO no se mueve, no se quita, no se arrepiente, no se “enfogona,” sino que, como una amorosa madre, permanece quieto para que en cada momento vayamos a unirnos con Él, vayamos a tomar fuerzas para la jornada.
En la Biblia aprendemos que la vid era una ilustración del pueblo de Israel; Dios esperaba que su vid le diera excelentes uvas, pero en cambio le dio uvas agrias. El pasaje de Isaías Cap. 5 nos narra de una manera incomparable a través de una preciosa ilustración cómo Dios esperaba que su pueblo, recipiente de tantas gloriosas bendiciones, fuera una fuente de bendición para todo el mundo, pero se convirtió en un pueblo peor que los vecinos paganos. 

JESUCRISTO tomó el privilegio de ser la vid verdadera, privilegio que el pueblo de Israel rechazó, y a sus “pámpanos” (todos los creyentes, discípulos de JESUCRISTO) CRISTO nos ha dado el privilegio de ser pámpanos de EL. 

Un pámpano no sirve para hacer muebles, ni siquiera para hacer una estaca. Sólo puede desempeñar dos funciones: O da fruto cuyos racimos pesan más que la misma vid, o no da fruto y entonces sirve como combustible para el fuego. (v. 6). El Señor Jesucristo está ilustrando a través de este ejemplo de la vid que así como el pámpano no puede dar fruto si no está unido a la vid, así tampoco los cristianos podemos dar fruto si no estamos en comunión con el Señor Jesucristo. Somos elegidos por el Señor para llevar mucho fruto. ¿Amén?