Sermón: “El tipo de siervo y la sierva que agrada a DIOS y El premio que DIOS da a sus siervos y siervas”
Textos Bíblicos:
Salmo 65 {El premio que DIOS da a sus
siervos y siervas}
1
Oh Dios de Sión, ¡Tú eres digno de alabanza!, ¡Tú
mereces que te cumplan lo prometido, 2 pues escuchas la oración!
Todo el mundo viene a ti. 3 Nuestras maldades nos dominan, pero Tú
perdonas nuestros pecados. 4 Feliz el hombre a quien escoges y lo
llevas a vivir cerca de ti, en las habitaciones de tu templo. ¡Que seamos
colmados con lo mejor de tu casa, con la santidad de tu templo! 5 Dios
y Salvador nuestro, tú nos respondes con maravillosos actos de justicia; la
tierra entera confía en ti, y también el mar lejano; 6 tú mantienes
firmes las montañas con tu poder y tu fuerza. 7 Tú calmas el
estruendo de las olas y el alboroto de los pueblos; 8 aun los que
habitan en lejanas tierras tiemblan ante tus maravillas; por ti hay gritos de
alegría del oriente al occidente. 9 Tú tienes cuidado de la tierra;
le envías lluvia y la haces producir; tú, con arroyos caudalosos, haces crecer
los trigales. ¡Así preparas el campo! 10 Tú empapas los surcos de la
tierra y nivelas sus terrones; ablandas la tierra con lluvias abundantes y
bendices sus productos. 11 Tú colmas el año de bendiciones, tus
nubes derraman abundancia; 12 los pastos del desierto están verdes y
los montes se visten de gala; 13 los llanos se cubren de rebaños,
los valles se revisten de trigales; ¡todos cantan y gritan de alegría!
Joel 2:23-32 {El premio que DIOS da a
sus siervos y siervas, Cont.}
23
¡Alégrense ustedes, habitantes de Sión, alégrense
en el Señor su Dios! Él les ha dado las lluvias en el momento oportuno, las
lluvias de invierno y de primavera, tal como antes lo hacía. 24 Habrá una buena cosecha de trigo y gran
abundancia de vino y aceite. 25 “Yo les compensaré a ustedes los
años que perdieron a causa de la plaga de langostas, de ese ejército destructor
que envié contra ustedes. 26 Ustedes comerán hasta quedar
satisfechos, y alabarán al Señor su Dios, pues yo hice por ustedes grandes
maravillas. Nunca más quedará mi pueblo cubierto de vergüenza, 27 y
ustedes, israelitas, habrán de reconocer que yo, el Señor, estoy con ustedes,
que yo soy su Dios, y nadie más. ¡Nunca más quedará mi pueblo cubierto de
vergüenza! 28 “Después de estas cosas derramaré mi espíritu sobre
toda la humanidad: los hijos e hijas de ustedes profetizarán, los viejos
tendrán sueños y los jóvenes visiones. 29 También sobre siervos y
siervas derramaré mi espíritu en aquellos días; 30 mostraré en el
cielo grandes maravillas, y sangre, fuego y nubes de humo en la tierra. 31
El sol se volverá oscuridad, y la luna como sangre, antes que llegue el
día del Señor, día grande y terrible.” 32 Pero todos los que
invoquen el nombre del Señor lograrán salvarse de la muerte, pues en el monte
Sión, en Jerusalén, estará la salvación, tal como el Señor lo ha prometido. Los
que él ha escogido quedarán con vida.
2 Timoteo 4:6-8, 16-18 {El premio que
DIOS da a sus siervos y siervas, Cont.}
6
Yo ya estoy para ser ofrecido en sacrificio; ya se
acerca la hora de mi muerte. 7 He peleado la buena batalla, he
llegado al término de la carrera, me he mantenido fiel. 8 Ahora me
espera la corona merecida que el Señor, el Juez justo, me dará en aquel día. Y
no me la dará solamente a mí, sino también a todos los que con amor esperan su
venida gloriosa.
16
En mi primera defensa ante las autoridades, nadie
me ayudó; todos me abandonaron. Espero que Dios no se lo tome en cuenta.
17 Pero el Señor sí me ayudó y me dio fuerzas, de modo que pude llevar a
cabo la predicación del mensaje de salvación y hacer que lo oyeran todos los
paganos. Así el Señor me libró de la boca del león, 18 y me librará
de todo mal, y me salvará llevándome a su reino celestial. ¡Gloria a él para
siempre! Amén.
Lucas 18:9-14 {El premio que DIOS da a
sus siervos y siervas, Cont.}
9
Jesús contó esta otra parábola para algunos que,
seguros de sí mismos por considerarse
justos, despreciaban a los demás: 10 “Dos hombres fueron al templo a
orar: el uno era fariseo, y el otro era
uno de esos que cobran impuestos para Roma {odiado por el pueblo}. 11 El
fariseo, de pie, oraba así: ‘Oh Dios, te
doy gracias porque no soy como los demás, que son ladrones, malvados y adúlteros, ni como ese cobrador de
impuestos. 12 Yo ayuno dos veces a la semana y te doy la décima
parte de todo lo que gano.’ 13 Pero
el cobrador de impuestos se quedó a cierta distancia, y ni siquiera se atrevía
a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: ‘¡Oh Dios, ten compasión de
mí, que soy pecador!’ 14 Les
digo que este cobrador de impuestos volvió a su casa ya justo, pero el fariseo no. Porque el que a sí
mismo se engrandece, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido.”
El discípulo humilde (el que se humilla) y el fariseo orgulloso (el que a sí mismo se engrandece):
1.Cuando un discípulo humilde comete un error, dice:
"¡Yo me equivoqué!"
Cuando un fariseo orgulloso comete un error, dice: "No fue mi
culpa."
2. Un discípulo humilde trabaja duro y siempre
tiene más tiempo. Un fariseo orgulloso
está siempre "muy ocupado" para hacer lo que es necesario.
3. Un discípulo humilde enfrenta y supera los
problemas. Un fariseo orgulloso da
vueltas y nunca consigue resolverlos.
4. Un discípulo humilde se compromete. Un fariseo orgulloso hace promesas.
5. Un discípulo humilde dice: "Yo soy bueno,
sin embargo no tan bueno como me gustaría ser." Un fariseo orgulloso dice: "Yo no soy tan malo
como tantos otros."
6. Un discípulo humilde escucha, comprende y
responde. Un fariseo orgulloso solo espera una oportunidad
para hablar.
7. Un discípulo humilde respeta aquellos que son
superiores a él y trata de aprender algo con ellos. Un fariseo orgulloso resiste aquellos que son
superiores a él y trata de encontrar sus defectos.
8. Un discípulo humilde se siente responsable por
algo mas que solo su trabajo. Un fariseo orgulloso no colabora y siempre
dice: "Yo solo hago mi trabajo."
9. Un discípulo humilde dice: "Debe haber una
mejor forma de hacerlo..." Un fariseo orgulloso dice: "Esta es la
forma que siempre lo hicimos."
Por eso Jesús dijo: “El que a sí mismo se engrandece, será humillado; y
el que se humilla, será engrandecido.”
El alcance de la salvación
El tema general de esta sección del evangelio es el
ofrecimiento de la salvación a quienes normalmente se verían excluidos de ella.
Dos ejemplos son: El fariseo y el
cobrador de impuestos. Como
la parábola anterior (viuda que pedía sin cesar), esta parábola trata también sobre la oración, aunque
realmente trata de otro tema más profundo.
Las dos oraciones, hechas por estos dos hombres, reflejan dos tipos de
carácter.
1.
El fariseo era un hombre piadoso, que vivía en forma honesta
y correcta. Hacía más de lo que requería
la ley. Ayunaba dos veces a la semana
—los lunes y jueves— aunque la ley requería que se hiciera una vez al año en el
día de la expiación. Daba diezmos de
todos sus ingresos y no sólo de aquello que era requerido. Pero se colocó de pie para orar en un
lugar prominente, felicitándose a sí mismo por su piedad (su oración siempre
subraya el “yo”), despreció a sus prójimos y sugirió a DIOS que no había nada
que necesitase.
2.
En contraste, el cobrador de impuestos se mantenía lejos del
lugar santo en el templo. No se atrevía
a levantar los ojos y menos aun las manos en oración delante de DIOS, sino que
simplemente derramó una confesión de su pecaminosidad y clamó por la misericordia
de DIOS.
El veredicto de Jesús fue que el publicano que se
humilló volvió a su casa justificado, o sea aceptado por DIOS, pero el
fariseo no lo fue en modo alguno.
Por esta razón, podríamos concluir que
esta parábola es otra demostración de la preocupación de Jesús por los
“desposeídos”. Estaba en Su Carácter y,
por lo tanto, debe estar en el nuestro (porque fuimos creados para ser como
CRISTO.) DIOS siempre está listo para
recibir a los injustos cuando claman a Él, pero cierra sus oídos a aquellos cuyo
orgullo en sus prácticas religiosas y buenas obras les hace sentir
autosuficientes, autojustificados.
Sin duda, había muchos fariseos
buenos, con buenas intenciones, y por lo tanto, es erróneo englobarlos a todos
y condenarlos, pero también es cierto que había (y todavía hay) gente como el
fariseo que es retratado aquí y que había (y todavía hay) oraciones de ese
tipo. Jesús fue clarísimo: “El que a sí mismo se engrandece, será humillado; y el que se humilla,
será engrandecido.”
La
palabra de DIOS (que permanece para siempre) leída para el día de hoy (día que
no se repetirá jamás) es clarísima también:
DIOS bendice (exalta, engrandece) a los humildes, a los que se
humillan, como Jesús. Este
es el tipo de siervo y sierva que agrada a DIOS. Y estos son algunas de las bendiciones que da
DIOS a sus siervos y siervas:
Tomado del Salmo 65:
1.
DIOS
escucha nuestra oración.
2.
DIOS
perdona nuestros pecados.
3. Feliz
el ser humano a quien DIOS escoge y lo lleva a vivir cerca de ti, en las
habitaciones de tu templo. Somos colmados con lo mejor de tu casa, con la
santidad de tu templo.
4.
DIOS
responde con maravillosos actos de justicia
5. DIOS
mantiene firmes las montañas con Su poder y Su fuerza.
6.
DIOS
calma el estruendo de las olas y el alboroto de los pueblos
7.
Gracias
a DIOS hay gritos de alegría del oriente al occidente.
8.
DIOS
tiene cuidado de la tierra; le envía lluvia y la hace producir; DIOS, con
arroyos caudalosos, hace crecer los trigales. ¡Así prepara el campo! DIOS
empapa los surcos de la tierra y nivela sus terrones; ablanda la tierra con
lluvias abundantes y bendice sus productos.
9.
DIOS
colma el año de bendiciones, Sus nubes derraman abundancia; los pastos del
desierto están verdes y los montes se visten de gala; los llanos se cubren de
rebaños, los valles se revisten de trigales; ¡Todos cantan y gritan de alegría!
Tomado de Joel 2:23-32 {El premio que DIOS da a
sus siervos y siervas, Cont.}:
¡Alégrense ustedes, habitantes de Sión, alégrense
en el Señor su DIOS! Él les ha dado las
lluvias en el momento oportuno, las lluvias de invierno y de primavera, tal
como antes lo hacía. Habrá una buena cosecha de trigo y gran abundancia de vino
y aceite. “Yo les compensaré
a ustedes los años que perdieron a causa de la plaga de langostas, de ese
ejército destructor que envié contra ustedes.
Ustedes comerán hasta quedar satisfechos, y alabarán al Señor su Dios,
pues yo hice por ustedes grandes maravillas. Nunca más quedará mi pueblo
cubierto de vergüenza, y ustedes, israelitas, habrán de reconocer que yo, el
Señor, estoy con ustedes, que yo soy su Dios, y nadie más. ¡Nunca más quedará
mi pueblo cubierto de vergüenza! “Después de estas cosas derramaré mi espíritu
sobre toda la humanidad: los hijos e hijas de ustedes profetizarán, los viejos
tendrán sueños y los jóvenes visiones. También sobre siervos y siervas derramaré
mi espíritu en aquellos días; mostraré
en el cielo grandes maravillas, y sangre, fuego y nubes de humo en la tierra. El sol se volverá oscuridad, y la luna
como sangre, antes que llegue el día del Señor, día grande y terrible.” 32
Pero todos los que invoquen el nombre del Señor lograrán salvarse de la
muerte, pues en el monte Sión, en Jerusalén, estará la salvación, tal como el
Señor lo ha prometido. Los que él ha escogido quedarán con vida.
Tomado de 2 Timoteo 4:6-8, 16-18 {El premio que DIOS da a sus
siervos y siervas, Cont.}:
1.
Ahora
me espera la corona merecida que el Señor, el Juez justo, me dará en aquel día.
Y no me la dará solamente a mí, sino también a todos los que con amor esperan
su venida gloriosa.
2.
El
Señor sí me ayudó y me dio fuerzas, de modo que pude llevar a cabo la
predicación del mensaje de salvación y hacer que lo oyeran todos los paganos.
3.
El
Señor me libró de la boca del león, 18 y me librará de todo mal, y
me salvará llevándome a su reino celestial.
¡Gloria a DIOS para siempre! ¡Amén!
LLAMADO: ALGUNAS COSAS QUE DIOS NUNCA
TE PREGUNTARÁ:
1.
Dios no te preguntará qué modelo de carro usabas; te preguntará a cuánta gente
llevaste en él.
2.
Dios no te preguntará los metros cuadrados de tu casa; te preguntará a cuánta
gente recibiste en ella.
3.
Dios no te preguntará la marca de la ropa en tu armario; te preguntará a
cuántos ayudaste a vestirse.
4.
Dios no te preguntará cuán alto era tu sueldo; te preguntará si vendiste tu
conciencia para obtenerlo.
5.
Dios no te preguntará cuál era tu título; te preguntará si hiciste tu trabajo
con lo mejor de tu capacidad.
6.
Dios no te preguntará cuántos amigos tenías; te preguntará cuánta gente te
consideraba su amigo.
7.
Dios no te preguntará en qué vecindario vivías; te preguntará cómo tratabas a
tus vecinos.
8.
Dios no te preguntará el color de tu piel; te preguntará por la pureza de tu
interior.
9.
Dios no te preguntará por qué tardaste tanto en buscar la Salvación; te llevará
con amor a tu casa en el Cielo y no a las puertas del Infierno.
DIOS
no acusa; solo te pide que prediques con el ejemplo y que seas humilde; si
tienes que usar palabras, usa palabras de fe y de aliento.
Este
es el tipo de siervo y sierva que agrada a DIOS: Aquellos y aquellas que procuran que DIOS
desarrolle en ellos y ellas el carácter de CRISTO. ¿Habrá algún Amén en La Casa de DIOS?
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