Juan 15:1-8 "Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador. 2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. 3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. 4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 5 "Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí y yo en él, este lleva mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer. 6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, los echan en el fuego y arden. 7 Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis y os será hecho.8 En esto es glorificado mi Padre: en que llevéis mucho fruto y seáis así mis discípulos.
INTRODUCCIÓN. Jesús es La Vid Verdadera.
¿Qué es una VID? Es una planta originaria de Asia occidental (del sur del mar Caspio). Los egipcios la cultivaban. Existen esculturas del Imperio Antiguo en las que se representan vides, uvas y prensas, así como la elaboración del vino. La tierra y el clima de Palestina son adecuadas para su cultivo, que fue practicado desde el principio en Canaán. Hay una enorme diferencia entre las plantas escogidas para sersembradas y las silvestres. Las viñas se hallaban, frecuentemente, bien en las cumbres o bien en las laderas de las colinas, en ocasiones descendiendo en terrazas artificiales. Estaba protegida con un vallado o un muro. Se despedregaba el terreno, se erigía una cabaña o una torre para el guardián, y se tallaba un lagar en la roca. Estos antiguos lagares siguen existiendo en gran cantidad en Palestina. De todas las plantas cultivadas, es la vid la que requiere más cuidados. Se dejaba que la vid se extendiera por el suelo, sólo elevando los pámpanos que llevan fruto. En ocasiones se hacia trepar la vid por árboles o bien sobre y entre enrejados. Se cultivaba en particular la uva negra. Se consumía la uva fresca o pasa; elemento muy apreciado de la alimentación, se conservaba también en forma de tortas. Su jugo se bebía fresco o fermentado (i.e., VINO). Las vendimias comenzaban a mediados de septiembre y proseguían hasta octubre, en medio de un ambiente festivo. Las uvas eran pisadas en el lagar para obtener el mosto.
El Señor Jesús, así como vino a ser el verdadero Siervo de Jehová allí donde Israel había fracasado, vino también a ser la vid verdadera. Sus discípulos vienen a ser los pámpanos. No puede haber ningún verdadero fruto en sus vidas excepto en tanto que permanezcan en Él.
Jesús comparándose con una planta, ¡tremendo! El Rey de la Gloria Eterna, La Estrella de la Mañana, el YO SOY, el Adonai, el Todopoderoso, el Señor, el Alfa y la Omega, comparándose con una sencilla planta. Wow! ¡Se acabó el protagonismo, se acabó el abuso de poder, se acabó la opresión, se acabó el maltrato, el abandono, el rechazo! CRISTO se compara con una planta sencilla. ¿Habrá alguien más grande que Jesús? ¿Alguien más poderoso que Jesús? ¿Alguien más sabio que Jesús? ¿Alguien más pudiente que Jesús? Y si ÉL se compara con una sencilla planta, ¿Por qué nos atrevemos nosotros a creernos mejores que los demás, más grandes que DIOS?
Si Jesús se compara con una planta, a nosotros se nos compara con las ramitas (pámpanos) que llevamos el fruto. ¡Ojo! Debemos aprender de Jesús y de las madres que se dejan usar por DIOS para educar a sus hijos e hijas en el temor del Señor.
Esa planta nos es cualquier planta, es una planta PLANTADA, (mejor dijío,) SEMBRADA por DIOS (“El Labrador.”) ¡Brutal! DIOS comparándose con un labrador, un sembrador, un agricultor. Wow! Lo que DIOS planta, fructifica, ¿Amén? ¡Amén! No se deje engañar. Lo que DIOS siembra, crece, florece y fructifica, abundantemente! ¿Amén? ¡Amén! Es más, si no fructifica como ÉL espera, nos poda, nos corta lo que pesa, nos quita el peso extra y nos abona, nos nutre, nos aguanta, hasta que demos frutos. ¡Porque fuimos creados para llevar fruto abundante! ¿Amén? Madres: ustedes ¿Qué dicen? ¿Amén? ¡Amén!
La Gracia de DIOS nos da poder en nuestras vidas para tener, desarrollar y cultivar una relación estrecha, íntima con DIOS. En la ilustración de la vid y los pámpanos, Jesús nos enseña el tipo de relación que DIOS, a través del Espíritu Santo, quiere tener con nosotros. No es cuestión de religión, ni ritos, ni ropajes, ni “palabrería” bonita; DIOS quiere tener con nosotros una relación tan estrecha, tan íntima, que sin ÉL no podemos llevar fruto, no podemos vivir. Una relación de buen Padre con sus hijos. “Mi Padre es el labrador…” DIOS quiere usarnos con poder para bendecir a otros.
Recuerden: (Isaias 49:15: “Aunque una madre se olvide de sus hijos, YO NO ME OLVIDARE DE TI”, dice el SEÑOR). Aunque nosotros no queremos ser sus hijos, DIOS quiere ser nuestro Padre. ¡Aleluya!
Recuerden: {S. 1-17 parafrasear}: 1“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el que la cultiva. 2Si una de mis ramas no da uvas, la corta; pero si da uvas, la poda y la limpia, para que dé más. 3Ustedes ya están limpios por las palabras que les he dicho. 4Sigan unidos a mí, como yo sigo unido a ustedes. Una rama no puede dar uvas de sí misma, si no está unida a la vid; de igual manera, ustedes no pueden dar fruto, si no permanecen unidos a mí. 5“Yo soy la vid, y ustedes son las ramas. El que permanece unido a mí, y yo unido a él, da mucho fruto; pues sin mí no pueden ustedes hacer nada. 6El que no permanece unido a mí, será echado fuera y se secará como las ramas que se recogen y se queman en el fuego. 7“Si ustedes permanecen unidos a mí, y si permanecen fieles a mis enseñanzas, pidan lo que quieran y se les dará. 8En esto se muestra la gloria de mi Padre, en que den mucho fruto y lleguen así a ser verdaderos discípulos míos.” Luego, Jesús, añade: 12Mi mandamiento es este: Que se amen unos a otros como yo los he amado a ustedes.13El amor más grande que uno puede tener es dar su vida por sus amigos. 14Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. 15Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo. Los llamo mis amigos, porque les he dado a conocer todo lo que mi Padre me ha dicho. 16Ustedes no me escogieron a mí, sino que yo los he escogido a ustedes y les he encargado que vayan y den mucho fruto, y que ese fruto permanezca. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre. 17Esto, pues, es lo que les mando: Que se amen unos a otros.”
Por consiguiente, repito: 7 “Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis y os será hecho. 8 En esto es glorificado mi Padre: en que llevéis mucho fruto y seáis así mis discípulos.”
Entonces, podemos entender que la fe viene primero y que las obras vienen como resultado de esa fe en JESUCRISTO. ¿Amén? ¡Amén!
Para poder amarnos, como se nos ordena por DIOS, tenemos que creerle a DIOS primero. Luego, por añadidura, por Obra del ESPIRITU SANTO, entonces, y solo entonces, podremos amarnos los unos a los otros, como se nos ordena. Si, es verdad: ¡CRISTO quiere que demos frutos, por eso nos poda, nos limpia, aunque duela! Lo que DIOS quiere sacar de nosotros es Vino Fino, Fruto Agradable, Fe que sacie, que alivie, que sane, que aliente, Fe que supla, que bendiga a los demás. ¿Amén? ¡Amén!
LLAMADO. En una pequeña Iglesia en un puerto marítimo de los EU, poco visitada por los turistas, hay una escultura que es encantadora. Es una escultura de un pelícano que se picotea su pecho para dar de comer a sus poyuelos de su propia sangre, pues el alimento escasea. Es la misma imagen de CRISTO que se da a nosotros para que podamos ser fieles a nuestra vocación de siervos y siervas del CRISTO de los pobres, de los ricos, de los deambulantes y de los que viven en mansiones. En una sociedad en donde el alimento espiritual escasea, en un mundo confundido con valores monetarios, esa visión de servicio, de entrega no se nos ofrece ni en la televisión ni en los escaparates de las megatiendas.
Pero, ¡Pancho!, DIOS es eminente y nadie mejor que ÉL ha podido tener una idea semejante, darse a sí mismo alimento para que en ningún momento pasemos hambre. Ya no vale decir como Elías cuando iba por el desierto: “me sentaré aquí y me atormentaré hasta que me llegue la muerte”. No tenemos excusa, CRISTO no se mueve, no se quita, no se arrepiente, no se “enfogona,” sino que, como una amorosa madre, permanece quieto para que en cada momento vayamos a unirnos con Él, vayamos a tomar fuerzas para la jornada.
En la Biblia aprendemos que la vid era una ilustración del pueblo de Israel; Dios esperaba que su vid le diera excelentes uvas, pero en cambio le dio uvas agrias. El pasaje de Isaías Cap. 5 nos narra de una manera incomparable a través de una preciosa ilustración cómo Dios esperaba que su pueblo, recipiente de tantas gloriosas bendiciones, fuera una fuente de bendición para todo el mundo, pero se convirtió en un pueblo peor que los vecinos paganos.
JESUCRISTO tomó el privilegio de ser la vid verdadera, privilegio que el pueblo de Israel rechazó, y a sus “pámpanos” (todos los creyentes, discípulos de JESUCRISTO) CRISTO nos ha dado el privilegio de ser pámpanos de EL.
Un pámpano no sirve para hacer muebles, ni siquiera para hacer una estaca. Sólo puede desempeñar dos funciones: O da fruto cuyos racimos pesan más que la misma vid, o no da fruto y entonces sirve como combustible para el fuego. (v. 6). El Señor Jesucristo está ilustrando a través de este ejemplo de la vid que así como el pámpano no puede dar fruto si no está unido a la vid, así tampoco los cristianos podemos dar fruto si no estamos en comunión con el Señor Jesucristo. Somos elegidos por el Señor para llevar mucho fruto. ¿Amén?